Se sabe que el éxito de un mecanismo depende de la interacción armoniosa de sus elementos. Esto también se aplica al trabajo del equipo que debería convertirse en un equipo con un objetivo, prioridades y aspiraciones comunes. Como jefe de la compañía, hemos asumido la tarea imposible de reunir un equipo coherente que no solo esté listo para recompensas financieras, sino también para una idea común y un éxito común.
No tenemos miedo de escuchar a nuestros colegas, incluso si no están especializados en un área u otra. A menudo, las nuevas ideas provienen de trabajadores que miran el problema desde una perspectiva diferente sin conocer las leyes y las soluciones estándar.
Y lo más importante es tener un deseo sincero de no estar a la cabeza del equipo, sino ser su partícula funcional.